Cuando el domingo dan la vuelta,
sombrerito nuevo, nuevo el vestido con la madame, la madame a la cabeza "¡ Carajo qué fiesta, carajo qué fiesta ¡" y todos tras la procesión de la Teresina del teresón todos a mirar a las hijas del diablo ¡ Qué hosta de trabajo, qué hostia de trabajo ¡ y a este balanceo de cachas y tetas le dan revuelo también los más pequeños ¡ Mamá, mamá, dame dinero! ¡ Quiero ir al burdel, quiero ir al burdel ¡ y cuanto más se adentran en la ciudad más ojos y voces las siguen detrás les dicen lo que no pueden decirles los jueves, los sábados y los lunes En Pianderlino* chupa pollas En la face* muslos de cascanueces En Carignano* coños de tercera mano Y en Ponticello* les muestran el nabo Y el director del puerto, que ve el oro en aquellas nalgas que descansan del trabajo, para que no se note que está contento que el muelle nuevo tiene financiación, se confunde en la confusión con los ojos llenos de indignación y les grita, les grita: "¡ Putas sois y siempre lo seréis!". Y tú que te desgañitabas tras ellas, ya ni el olfato te rige, feo imbécil cargador de Cristo en las procesiones, que no eres el único que se percató, que en medio de aquellas criaturas, que se ganan el pan desnudas, va,va,va,va, va también tu mujer. En Pianderlino* chupa pollas En la face* muslos de cascanueces En Carignano* coños de tercera mano Y en Ponticello* les muestran el nabo. [traduzione di José Antonio Lozano]
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